La obra de Marcelo Savignone muestra el reverso del clásico de García Lorca, La casa de Bernarda Alba. Un universo paralelo donde cada uno de los personajes se permitirá reflexionar sobre ilusiones e identidades.
Por Nadine Duchini.
Con tan solo ingresar a la sala del Belisario Club de Cultura, el público ya se encuentra con los once integrantes del elenco de Yo Amo; sentados, alineados, inexpresivos y de luto. Todos los domingos de octubre y noviembre, se puede presenciar esta obra fuera de los rituales teatrales más típicos.
El texto original se mezcla con el de Federico García Lorca y así, como ensamblados, van conformando uno solo. Esta puesta se trata de una creación colectiva del Estudio de Marcelo Savignone y, bajo su mirada, este director, maestro y actor propone una revuelta dentro de la casa de Bernarda Alba y el universo Lorca. Una obra hondamente física, situada en el hoy, que va develando sus detalles capa a capa.
Lo que la dirección de Savignone propone es una pseudo obra dentro de otra, pies descalzos y cuerpos tensionados que tienen una coreografía que reversiona la ya conocida pieza del poeta español. Se le presenta a la audiencia un grupo de personajes, mayoría femenina, que visten de negro, de un luto que desborda a la escena. Los mismos fueron convocados para recrear La casa de Bernarda Alba y es en este posible montaje, donde sucede la verdadera pieza teatral.
“Con la vista clavada al público, se transita un texto que danza entre lo cómico, lo triste y lo real; siempre en un tiempo y espacio actual que se ve atravesado por la ficción lorquiana”.
Estos actores y actrices juegan entre dos personajes, la repetición del texto y los detalles para saltar de un espacio a otro. Haciendo notar la dinámica semejante a la de una clase de teatro. Hay gritos o golpes que nos traen al ahora y mujeres que por momentos son una sola voz, un solo cuerpo. Con la vista clavada al público, se transita un texto que danza entre lo cómico, lo triste y lo real; siempre en un tiempo y espacio actual que se ve atravesado por la ficción lorquiana.
Sobre la escena no hay nada; solo una hilera de asientos al fondo, cerca del telón que separa el tras bambalinas. La iluminación y los sonidos son los que dibujan el imaginario de esta narración y lo hacen de manera casi cinematográfica.
Suceden situaciones donde el momento se congela: es una fotografía entre humo y luz que busca remarcar un detalle o recuerdo. La principal musicalización proviene de pies y palmas que hacen eco, retumban en el pequeño espacio del Belisario; logrando que no se le dé lugar a la distracción. Elementos simples pero concisos que funcionan para dibujar una historia sumamente visual y casi inmersiva, se conozca o no la obra de García Lorca.
Con muchos intérpretes en escena, un trabajo físico notable, nada en el espacio y un texto rítmico, Yo Amo logra provocar en el público la risa y el estremecimiento de un instante al otro, de inicio a fin. Cincuenta minutos que funcionan como guía multisensorial para escuchar con mayor atención la poéticas de Lorca. Y cincuenta minutos que esquematizan el poder de la memoria, los recuerdos contenidos y esos lugares en donde nos escondemos para que no duela el pasado; donde se finge un presente o se ignora una pérdida.
Una composición llena de acciones que acompañan un luto de vestidos negros que tienen finalmente razón de ser, porque aplicar color implicaría atravesar el portal que transporta a la realidad.
FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA:
Concepción: Marcelo Savignone
Actúan: Leandro Arancio, Jesica Boladeras, Paula Botana, Aurea Cruz, Pilar Juaristi,
Mariana Judez, Adriana Menendez, Florencia Otero, María Jimena Puente, Lucía Revello,
Daniel Rocchia.
Iluminación: Fernando Raíces
Diseño de iluminación: Marcelo Savignone y Fernando Raíces
Fotografía: Cristian Holzmann
Diseño Gráfico: Edgardo Carosia.
Asesoramiento de vestuario: Mercedes Colombo
Asistente de dirección: Tatiana Sarbia
Colaboración artística: Tatiana Sarbia
Dirección: Marcelo Savignone
Belisario Club – Avenida Corrientes 1624, CABA.
Funciones: Domingos 19:00 hs.
