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Padre Paco Olveira: “Nos metemos en política porque queremos no solo asistir, sino también transformar la realidad”

Francisco “Paco” Olveira es sacerdote, parte de “Curas en opción por los Pobres”, y un comprometido militante por la justicia social. En esta entrevista va hasta las raíces de su historia familiar y su formación cristiana, ahonda en su pensamiento religioso y también en su compromiso a favor de los oprimidos y excluidos.


Por Pablo Pagés. Fotos Julieta Bugacoff

Bajo este sol impertinente y estas nubes de comedia, vemos otra vez cómo el amor puesto en lo social crea puentes más firmes que los que supuestamente existen entre el cielo y el infierno. Queda claro que el viento que sacude los árboles es una metáfora perfecta de este mundo castigado. Aquí y otra vez, vamos laburando entre la nada y los efectos colaterales de la pandemia. Para el Padre Paco existe su voluntad y su fe puestas siempre al servicio de los que tienen menos, y la visión del peronismo como un modelo real de transformación y cambio.

Contame algo de tu familia. ¿Dónde naciste y te criaste?

Soy hijo de familia numerosa, mis padres son católicos practicantes, clase media pero siempre con las puertas bien abiertas a las necesidades de los demás. Mis viejos me enseñaron a vivir con sencillez, así que calculo que eso me fue modelando en algunas cosas.

¿Qué hacían ellos?

Mis viejos laburaban. Mi madre en esa época, estamos hablando en los años ’70 por decir algo, 75, (yo nací en el 64) era ama de casa y suficiente laburo tenía con 6 hijos. Y mi padre era trabajador, funcionario del estado municipal, y con 6 hijos estudió la carrera de abogacía, fue un gran ejemplo para mí. Por el esfuerzo que hizo para estudiar cuando era joven, ya que mis abuelos tuvieron que llevar adelante 8 hijos después de la guerra civil. Mi abuelo era anarquista y era sastre, y la verdad es que pasaron muchas penurias. Mi viejo nunca se olvidó de eso y de que sus hermanos trabajaron para que él fuera el único en la familia que pudiera estudiar, y pudo hacerlo porque era el más pequeño.

¿Creías en ese entonces en Dios?

Siempre creí en Dios desde pequeño y siempre sentí a Dios como del lado de los pobres, del lado de los injustamente perseguidos. Estoy hablando de un pibe adolescente, pero que creció con la misa campesina nicaraguense, esa que dice: “Creo Señor firmemente que de tu pródiga mente todo este mundo nació, que de tu mano…”. Y sino buscá por ahí la canción del credo nicaragüense que decía: “Cristo Jesús, identificate, con nosotros, no con la clase opresora que exprime y devora a la comunidad, sino con el pueblo mío sediento de paz”. Bueno, por eso cuando un cura del colegio nos lleva acá a las villas miserias, ahí yo digo: “soy cristiano pero vivo muy bien”. Y frente a esta realidad yo algo tengo que hacer, y creo que por ahí nacieron mis ganas de ser cura, pero para vivir al lado de los pobres.

“Si doy pan a un pobre me llaman santo, si pregunto por qué no tiene pan me llaman comunista.”


¿Cuál fue tu primera decepción con el Clero?

Yo no tengo decepción con el Clero, porque en el Clero hay de todo: hay bueno y hay malo, regular y muy bueno, y a veces a los muy buenos no se los conoce, porque nadie les hace una entrevista; los que se matan día a día por la gente. Sí quiero un clero distinto, y con eso me refiero a que las mujeres puedan acceder al sacerdocio. Que los curas se puedan casar y que nunca ser Clero sea ser más que los demás. Pero nunca me he peleado con obispos. Bueno, yo tengo pocas pulgas y voy a decir lo que pienso, intentar no callármelo.

¿Cómo llevás tu vida con el género opuesto?

Preguntás sobre mi vida afectiva, y los curas, vos sabes, no pueden casarse. Teóricamente somos célibes, y de hecho todos los años renovamos nuestra promesa de celibato. Los religiosos sí hacen una promesa de pobreza, castidad y obediencia, eso es distinto. El celibato del sacerdote es bueno como una norma, pero podría cambiar, los religiosos optan por ese estilo de vida, que fue el estilo de Jesús -rarísimo en esa época, pero Jesús no se casó, vivió pobre y obediente al padre. La vida de cualquier cura -no voy a hablar de mi persona- es como la de cualquier ser humano de carne y hueso, y pasan por distintos momentos; como la vida de cualquier persona: de un casado, un soltero, de un muchacho hétero, homosexual, lesbiana o mujer hétero. Así que cada uno sabrá la historia que tiene y que vive. Ahora sí, creo que uno no es más sano o menos sano por llevar una vida célibe, hay mucha gente que por algo que le llena la vida es capaz de dejar muchas otras cosas que son muy importantes y a la vez creo que tendría que ser una opción no obligatoria.

¿Qué es para vos el Vaticano? ¿Cambió algo con la llegada del Papa Francisco?

Y bueno, el Vaticano es una historia pasada de la Iglesia, que muestra lo que fue su poderío. El Vaticano es un Estado, que espero que termine lo antes posible. No puede ser que el que coordina y preside a la igualdad y el amor, a la Iglesia, sea como un jefe de Estado. Después podemos decir muchas cosas de qué es el Vaticano: demasiado centralismo, mucha rosca, calculo que entre ellas hay mucha gente buena y entre ellas está el Papa Francisco, que la verdad nos está dando una lección a todos, y eso que yo en mi vida nunca fui papista ni pienso serlo.

Padre Paco frente a Tribunales en el segundo día de su huelga de hambre en reclamo por una Navidad sin Presxs Políticxs en diciembre de 2019.

¿Capitalismo apostólico romano?

Capitalismo apostólico romano, no. Socialismo apostólico, porque los apóstoles eran socialistas en los hechos. Los apóstoles, por tanto, los primeros apóstoles, dicen que nadie pasaba necesidad, porque dicen que todos los cristianos vendían lo que tenían. Lo ponían en común y lo repartían según la necesidad de cada uno. Si eso no es socialismo, no sé qué es, así que es Socialismo Apostólico y ojalá que sea en Roma, en Inglaterra, en Francia, en Argentina y en todos lados.

¿Cómo fue tu acercamiento a lo social?

Mi acercamiento a lo social, un poco ya te fui contando, tiene que ver con mi familia, con ese cura del colegio y tiene que ver con los Scout. Yo participe de los Scout y tuve un dirigente que nos abrió la cabeza a ser críticos y a no comernos lo que los medios hegemónicos te quieren llenar la cabeza, y la misa campesina nicaragüense. Venían todavía curas de América Latina y contaban la luchas de la liberación de Centroamérica y además, también, España, que salía de la dictadura de Franco. Yo corrí por las calles en las primeras manifestaciones en el día de Andalucía en donde en ese momento hubo un muerto, no sé, debo tener algo de mi abuelo anarquista, algún gen, porque mi viejo no iba a las movilizaciones.

¿Cuáles fueron tus referentes en el asunto más ideológico?

Bueno, mi referente acá en lo ideológico ya te lo acabo de decir. Después como cura acá tuve grandes compañeros que me ayudaron a entender a América Latina y sobre todo a la Argentina y al peronismo, puedo decir que el padre Raúl Gabriel y puedo decir otros que nadie conoce pero que a mí me ayudaron mucho.

¿Qué pensás del capitalismo?

Que es lo más alejado del cristianismo, porque está basado en la meritocracia y el Evangelio está basado en cuestiones que tienen que ver con la fraternidad. El capitalismo está basado en la acumulación, en el individualismo, en el materialismo y todo eso es absolutamente contrario al Evangelio.

¿Y el peronismo que rol juega en tu vida?

El peronismo como dice la verdad número 14 de las 20 verdades del peronismo, es un movimiento profundamente humano popular y cristiano, en donde la propiedad privada no es un absoluto sino que está en función del bien común, que es algo también absolutamente propio de la doctrina social de la Iglesia.

Diciembre 2019

¿Existe Dios?

Para algunos sí, para otros no. Para mí, de manera clara existe, aunque muchas veces uno se pregunta, con la porquería de este mundo, qué mal, qué mal que le salió. De todas maneras no me preocupa demasiado, si no existe no me voy a enterar y si existe, el modelo de vida que me muestra en Jesús me llena de ilusión y de esperanza, y da sentido a mi vida. Y tampoco me preocupa si existe o no existe para separar a las personas, a mí me une con la gente la lucha por otro mundo posible, no me importa si son ateos, creyentes, judíos o musulmanes, o lo que sea.

¿Qué es la Fe?

Yo creo que todo el mundo tiene fe en determinadas cosas, no es lo mismo cualquier fe. Yo creo en el Dios de Jesús, que no es creer en cualquier Dios. Podríamos hacer tratados, hay muchos tratados sobre la fe, la esperanza, la caridad, pero no quiero hacer tratados, quiero hacer vida.

Contame algo de este cruce con los curas villeros.

No es un cruce, quizás tenemos estilos distintos. Los curas villeros son más de trabajar y mucho en los barrios. Quizás nosotros, además, queremos meternos en política o nos metemos en política en el sentido amplio de la palabra porque queremos no solo asistir, sino también transformar la realidad. Si doy pan a un pobre me llaman santo, si pregunto por qué no tiene pan me llaman comunista. Bueno, nosotros queremos preguntar por qué en nuestra Patria, en América Latina hay tanta desigualdad, hay tanta gente que no tiene pan, porque claramente no hay pobres sino que hay excluidos.

“Yo creo que alguien tiene que hacer justicia a tanto crucificado en la historia, que no tuvo la justicia en esta tierra, y ese es Dios que está recibiendo y abrazando en el cielo. Por supuesto, ese mismo Dios nos dice, ‘pero muchachos, pónganse las pilas en esta tierra'”.


¿Cómo trabajan, qué se ha hecho y qué crees que falta?

Trabajamos en estos momentos, creo que le estamos poniendo mucho esfuerzo al día a día, porque hoy hay que dar de comer a nuestra gente. Venimos del infierno macrista y sobre llovido mojado, la pandemia; pero nunca vamos a olvidarnos de que todos esos son paliativos mientras no transformemos la realidad. Después, bueno, cada cura del grupo de curas de Opción por los pobres, cada uno está en su vida, en su asentamiento, en su parroquia, o como profesor en teología. Lo intentamos: hacer desde la mirada de lo oprimido, eso no significa que seamos los mejores que lo hagamos, ni que seamos los únicos ni mucho menos.

¿Cómo fue tu experiencia en la Isla Maciel?

Mi experiencia en la isla Maciel fue muy linda. Fueron 13 años donde fuimos construyendo, algo que como nombre no me gusta porque es el concepto de fundación, si es como sigue, Fundación Isla Maciel, pero bueno, es la personería jurídica que nos permite llevar adelante muchos proyectos. Vi la transformación de la Isla Maciel de parte de Cristina, y antes de Néstor Kichner participé en esa transformación junto con Ferraresi, el intendente de Avellaneda -gran militante, es un tipo con una claridad de idea impresionante. Fue mi lugar en el mundo hasta que el obispo de Avellaneda prefirió que ya no siga ahí. Pero bueno, yo creo que uno tiene lo que es. Ahora estoy como la vaca paseando en otro lado, o como se diga, y ese tiene que ser mi nuevo lugar en el mundo, mientras yo esté en medio de los pobres voy a estar feliz.

¿Estás recibiendo alguna ayuda en este contexto?

Recibo ayuda, sí recibo, mucha, mucha, gente que da alimento, gente que da su plata y también de un Estado que en estos momentos está presente y que te propone distintas formas de colaborar, de que podamos llevar adelante. El mejoramiento de los barrios donde vivimos sería imposible para uno trabajar solo, tenés que trabajar en equipo y seguramente muchos habrán pensado nada más en gente de afuera: la ayuda más grande es de la gente de adentro del barrio. Nosotros tenemos un comedor que funciona de lunes a lunes y la merienda varios días a la semana; se está dando de comer a 400 o 500 personas por día. Ese es un laburo impresionante y en los barrios nunca faltan las manos. A veces falta la harina, el gas, pero las manos no faltan nunca, así los principales voluntarios son los vecinos con los cuales compartimos la vida y la muerte.

¿Qué pensás de la muerte?

No, yo no creo en la muerte. Creo, como el padre Carlos Mujica decía, que la muerte era como un segundo parto: el primer parto doloroso para la vida en esta tierra, el segundo parto bien doloroso (por eso Jesús lloro frente a la muerte de su amigo Lázaro) pero para la vida definitiva. Yo creo que alguien tiene que hacer justicia a tanto crucificado en la historia, que no tuvo la justicia en esta tierra, y ese es Dios que está recibiendo y abrazando en el cielo. Por supuesto, ese mismo Dios nos dice, “pero muchachos, pónganse las pilas en esta tierra.”

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