Visuales

3er Cordón del Conurbano y 24 Toneladas | Tragedia barrial y epifanía cultural

La directora Paula Sánchez, junto con la Compañía Payasos Del Matute, despliegan su visión sobre la identidad social y la memoria cultural de los pueblos a través de dos obras que reverberan en la tragedia clásica y la actualidad más acuciante.


Por Pablo Pagés.

El 3er Cordón del Conurbano, una tragedia marrón es una puesta en escena de la directora Paula Sánchez. La misma es una adaptación traspolada a estos tiempos extrañamente parecidos del clásico Bodas de Sangre de Federico García Lorca. La trama anticipa, precoz, pero cargada de efectos escénicos, una resolución que tiene que ver con las contradicciones, luchas y tensiones entre la pobreza y las infatigables extorsiones que la clase media realiza para diferenciarse de las otras clases.

Con parlamentos del mismo clásico, esta clase media baja, por circunstancias económicas o un terrible derrotero del país, está obligada a convivir con la clase más pobre, que es el espejo del que tanto huye. En este punto, la trama apela a los argumentos más cínicos por los que este enfrentamiento se da precipitado y feroz hasta tocar las posibilidades de la tragedia.

Aquí está el tema, ya que la tragedia es un punto inevitable en que se ven las confrontaciones permanentes y filosas entre ambas clases sociales. La música es in situ. Dos músicos llevan todo a escena y potencian desde cada ruido los momentos de máxima tensión.

Como no podía ser de otra manera, la vida y la muerte se encuentran peleando en este panorama inspirado en el 2001. Esta secuencia de confusiones son algo parecido a lo que vemos hoy en día. Paula Sánchez extrapola pasado y presente en esta obra que maneja una intensidad genial.

“Como no podía ser de otra manera, la vida y la muerte se encuentran peleando en este panorama inspirado en el 2001. Esta secuencia de confusiones son algo parecido a lo que vemos hoy en día. Paula Sánchez extrapola pasado y presente en esta obra que maneja una intensidad genial”.


Pero hablemos del grupo de Avellaneda. Nació en una familia y se fue formando, y creciendo, conforme los aplausos se hacían más intensos. Este grupo trascendió Avellaneda y tuvo aventuras teatrales por diversos festivales de la Argentina.

La Compañía de Payasos Del Matute, como así se llaman, conforman esta puesta hecha desde las entrañas de un Lorca que muestra su potencia humana y en la que actúan: Alejandra Robles (madre), Carolina Ghigliazza (la novia), Mariano Bragán, Leonardo, Guido Sotomayor, (el novio), Manuel Luchetti (como el padre y la criada) y Mariela Fernández (como la mujer de Leonardo). Con música llevada adelante por Lara Bragán y Franco Napolitano, escenografía de Martin Fiorini y Franco Napolitano, y la técnica de Germán Navarro.

Nos habíamos detenido en la consustancial poesía de un Lorca que, más que tener la rigurosidad solemne de un clásico, fastidia en su entorno por esa tragedia tan cruda e injusta. Un Lorca de trincheras y vanguardias en medio de un franquismo que no perdonaba las conductas más tibias del arte que mostraran la insolencia descabellada de la tiranía.

Corremos el eje de atención y aparece 24 Toneladas, que sin lugar a dudas es una apuesta que interpela desde diferentes lugares de la representación teatral: un espectáculo que genera rápidamente empatía con los chicos, que es muy difícil de hacer.

¿Qué sucede? En esta historia cruel, los libros fueron objeto de quemas y abstenciones, porque solamente podían generar pensamiento propio. Casi toda la Edad Media, y hasta estos tiempos, que nos dicen qué leer de acuerdo a la oferta y la demanda.

24 Toneladas

Me recuerda a Costa Pobre, en donde el dictador de un país bananero ejerce con efusión toda clase de infamias para mantenerse junto con su pequeña corte de tiranos a salvo de la pobreza y la esclavitud. En esta obra, este dictador tiene la idea en su política de gobierno de quemar 24 toneladas de libros.

Pero sucede algo inusual, entre el clown y el ridículo. Los asesores hacen toda clase de artimañas para que esto no suceda y estas artimañas son avaladas por los chicos que están en la tribuna perteneciendo ya a la obra y gritando a favor de los que protegen esta extraña biblioteca.

Una puesta que alude a una cultura que resiste en su propio hacer. Frente a los embates de quienes buscan desfinanciarla y reducirla a su mínima expresión, 24 Toneladas nos recuerda la importancia de una sociedad que resguarda su identidad y el bagaje cultural que ello implica.

Dos obras en el Teatro Beckett en donde una tritura la lírica de Lorca desde las entrañas silvestres del conurbano, y la otra, aflora a partir de una dulce epifanía en que el poder de los tiranos, y su consecuente estupidez, siempre puede ser advertida en el ataque a nuestra memoria.

Ficha técnico artística

Actúan: Mariano Bragan, Mariela Fernández, Carolina Gliglazza, Manuel Luchetti, Alejandra Robles, Guido Sotomayor
Tècnico: Germán Navarro
Música: Lara Bragan, Franco Napolitano
Prensa: Daniel Franco
Community Manager: Abril Bernardo
Dirección: Paula Sanchez

Related posts
Vértices

Melisa Zulberti: “Uso las posibilidades del cuerpo para generar empatía o resonancias en las historias individuales”

Visuales

Parrandera's | Vestigios de mito e idolotría popular

Literaturas

Mientras no escribo | La palabra como teorema de humanidad

Vértices

Vivi Tellas: “El arte es esa zona desconocida, inevitable, sin una explicación"

Seguinos en las redes @rudalarevista Revista ruda