
En junio del 2024, Ñacurutú Editora presentó Lindero del bosque, de María Cecilia Perna, en el Festival de Poesía Magia, en Zárate. Candelaria Ramales escribió y leyó aquella noche el texto que aquí reproducimos.
A fines de junio del 2024, a la vera del río Paraná, en Zárate, Provincia de Buenos Aires, se realizó la tercera edición del Festival de Poesía “Magia”, en la Biblioteca Popular José Ingenieros.
Allí se presentaron los libros Voy a escribir una noche alternativa de Agustina Bustamante y Lindero del bosque de María Cecilia Perna, ambos publicados por Ñacurutú Editora. Las editoras, Sofía Giacomucci y Nadia Sandrone (también organizadora del festival), proponen trazar una cartografía poética del Paraná, reuniendo las voces de la zona con cada libro de la colección “Salto de fe”.
Compartimos el texto que Candelaria Ramales escribió y leyó al público del Festival aquella noche fría de junio en Zárate.

Un árbol desatado en el lindero del bosque
Por Candelaria Ramales.
Pensar en la idea de un bosque me trae recuerdos. Nunca he atravesado uno, pero hay historias y mitos. Hay duendes, hay niebla y hace frío. El bosque como un lugar único imposible. El bosque, el lugar de las aventuras de las películas. Blanca Nieves fue rescatada por animalitos que la guiaron hasta una guarida, y ella creyó en todos. Cocinó, fregó pisos, no sé si habló de amor. Fue en el bosque también el lugar en donde Alicia, la curiosa, se precipitó a ciegas detrás de un conejo con chalequito. Fue en el bosque también, donde cazadores asesinaron a la madre de Bambi. En fin, juntaría pequeños retratos del bosque que siempre nos dirán que hubo alguien que fue herido, en donde el cariño fue saqueado. Pero existe la poesía para encantar los páramos. María Cecilia Perna crea un lugar, es decir, no escribe sobre los escombros. Lindero del bosque suena lindo y, sin embargo, esconde advertencias salvajes: los animalitos se hicieron furiosos y de las ramitas de los árboles cae fuego en lugar de nieve. Cecilia Perna escribe como habla, con toda esa certeza desparramada por sus versos, sin dulzura; esto es lo que es.
Este libro de poemas publicado por Ñacurutú, bajo la colección Salto de fe, expande una cartografía del decir: no se trata nada más de lo que puede configurar un yo poético, no; hay toda una fuga de voces que se pronuncian desde el deseo de un cuerpo.
Alicia tiene miedo y, sin embargo, la naturaleza creciente de sus extremidades se impone. Es el propio cuerpo el que habla.
Los personajes que habitan este lugar, árboles adentro, hasta donde la vista alcanza, son seres mitológicos y animalitos que buscan su lugar, una venganza sabia y justa.

En estos poemas el espanto se hizo carne. Aquí, en este sitio pequeñito, nos enfrentamos con los personajes que aceptamos ser alguna vez, cuando hace tiempo aprendimos a esperar la ferocidad del lobo.
Todo ya ha pasado. En el lindero de este bosque, las princesas de los cuentos que solían pecar de ingenuidad, ahora son hermosas bélicas salvajes. Este libro que María Cecilia construyó, encontramos un refugio en donde el armisticio se hizo carne. Ariadna quiere comprender y Bambi no ha de resignarse.
María Cecilia cerca un pedacito de tierra con sus climas cruentos, sus olores claros; crea el escenario en donde es posible soportar las palabras de una lengua que ya no está dispuesta a perdonar. Esta lengua muestra que, aún en la semántica del frágil, se esconde siempre una dentellada.
El lindero de este bosque es el hallazgo de un mítico lugar en donde existe una dignidad derrotada. Ahora es el turno de quienes, habiéndolo perdido todo, se pasean con sus coronas de reinas. Aquí no hay tregua ni lugar para el enemigo. No hay reparos en mostrar el cuerpo deshecho que la historia nos devolvió a pesar del amor que habíamos entregado.
En Lindero del bosque oscurece y hace frío sin piedad, pero la voz es un monumento que ilumina.

María Cecilia Perna
Lindero del bosque
Editorial Ñacurutú
2024
@nacurutueditora