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Que sea ley: documentar la lucha

La película documental de Juan Solanas, Que sea ley, se estrena este jueves 3 de octubre en Argentina tras haber sido ovacionada en los festivales de Cannes y San Sebastián.


Por Laura Bravo.

Que sea ley de Juan Solanas (2019) es un documental que da cuenta de la lucha de las mujeres argentinas en pos del aborto legal, seguro y gratuito. Pero es, además, un recorrido por la desigualdad, la pobreza extrema, los modos de ser y hacer que detenta el patriarcado en las diferentes geografías de la Argentina.

Cada día muere una mujer en Argentina por un aborto clandestino. En 2018 se debatió un proyecto de ley de aborto legal que descubrió otra de las tantas grietas que divide al país. El relato entrevista a referentes y recorre las marchas verdes y celestes pero también se hunde en localidades remotas para relevar testimonios de coraje, escasez y muerte.

Solanas siguió las vigilias del #13J y #14J desde su casa en Uruguay y celebró la media sanción de diputados. Esa alegría lo condujo a filmar con su hermana Victoria las movilizaciones siguientes tal como si se tratara de un registro histórico. Laura Canigia hizo lo propio desde el área de prensa de la Cámara de Diputados y Diputadas. No se detuvieron hasta el #8A.

“La narración es más que activismo, logra un ritmo y una alternancia que le son propios, una dinámica que no pasaría desapercibida”.


Los testimonios relevados son producto de cuatro mil kilómetros en auto con equipo básico: trípode, cámara, sonido y luz. La película tiene la poética del glitter y la desmesura de la verdad. Pese a esto, la narración es más que activismo, logra un ritmo y una alternancia que le son propios, una dinámica que no pasaría desapercibida si el foco no estuviera puesto en las voces y los cuerpos.

Se recuerda el caso de la santafesina Ana María Acevedo que en 2006 fue diagnosticada de cáncer de maxilar, le extrajeron una parte del tumor pero nunca se le explicó que debía cuidarse para no quedar embarazada. En noviembre de ese año, por sospecha de embarazo, se le negó la quimioterapia priorizando la salud del feto.

Tras la confirmación, el Comité de Bioética del Hospital Iturraspe analizó la situación. El texto redactado a posteriori deja constancia de que en ese momento de la enfermedad eran posibles la quimioterapia y la radioterapia para mejorar su calidad de vida pero ambas opciones se descartan por su carácter de gestante.

La familia comienza una epopeya en pos de un aborto terapéutico pero no lo consiguen. El 26 de abril de 2007 Ana María es sometida a cesárea en estado premortem; la beba, con 23 o 24 semanas de gestación, vive apenas un día. El 17 de mayo muere Ana María dejando huérfanos a sus tres hijos, víctima de indiferencia, prejuicios culturales y religiosos, hegemonía médica y todas las variantes del autoritarismo patriarcal imaginables.

Si bien el episodio es conocido, ver la casa de Ana María, a su madre Norma, el rostro de sus niños, la ruta que conduce hasta el hospital, contextualiza una situación que, sin dudas, se repite en toda la extensión del territorio.

En el filme acontece una singular polifonía: las sororas, los sacerdotes que ejercen misericordia, las y los legisladores que hicieron suya la causa, las y los legisladores que la niegan. También las calles dan cuenta de los dos desplazamientos, por un lado las pibas, por otro quienes utilizan el eufemismo de las dos vidas.
Sostiene Ana Rodríguez Gustá que: “Es preciso modificar un Estado culturalmente edificado a partir de las jerarquías de género. Es decir, las mujeres lograrían ejercer sus derechos sociales civiles y políticos si se producen transformaciones en la lógica generizada masculina del Estado”. Las escenas donde la protagonista es la carencia muestran aquello que excede a la película: la ausencia de un parlamento sensible al género, la falta de políticas transversales, una brecha salarial del 20% en el mercado de trabajo formal y de hasta un 35% en la informalidad.


En ocasión del paso de Que sea ley por Cannes, las butacas se llenaron de pañuelos verdes, Pedro Almodóvar y Penélope Cruz se unieron a la militancia, la prensa internacional se hizo eco de la demanda. La presentó Thierry Frèmaux, director del Festival de Cannes.

Como dice la voz en off, sabedora de heroísmos y cansancios: “Este es el siglo de los derechos de las mujeres, más tarde o más temprano, las jóvenes que portan en sus mochilas los pañuelos verdes, van a conquistar los derechos que reclaman”.



Juan Solanas
Que sea ley (2019)
86 min

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