Música

Solar Power | Lorde y el revival de los sueños hippies

En agosto de 2021 vio la luz el tercer trabajo discográfico de Lorde, Solar Power. Con momentos altos y bajos, este disco inaugura una nueva faceta de la artista neozelandesa, que aunque aparenta ser más luminosa, sigue hablándonos desde la oscuridad.


Por Ayelén Rives.

El 20 de agosto de 2021 vio la luz el tercer trabajo discográfico de Lorde, Solar Power. Poco menos de un mes antes se había lanzado junto al video oficial el single del mismo nombre, en plena temporada estival para el norte del planeta. La canción sorprendió y entró luminosamente a escena después de los dos discos anteriores, teñidos de oscuridad y melodrama.

Con este nuevo disco precisamente se inaugura una Lorde luminosa, en tonos amarillos, que dice: el sol entró a mi vida y lo que viene es completamente nuevo. Solar Power tiene momentos altos y bajos, quizás algunos más que anteriores discos de la artista, pero pese a eso tiene una idea detrás y se sostiene sobre ella. El problema puede ser el contraste con Melodrama (2017) un disco que subía la apuesta de su primer álbum llevando esa oscuridad inicial que nos cautivó por aristas electro pop. No es menor señalar que el salto generacional entre uno y otro disco es grande, y ella está ubicada ahora en otro lugar. Ya pasó por el mundo de la fama y el dinero – parece decir en las letras- y se encontró con una difundida espiritualidad que resulta ser falsa y vacía. Ahora, en esta búsqueda  generacional por alguien que señale el camino apunta al sol (¿una metáfora de la naturaleza?) como guía para salvarnos. El poder del sol, algo nuevo en el mundo de Lorde, hasta ahora nocturno, frío y oscuro. Esto muestra un crecimiento que, guste o no a sus fans, está patente tanto en la música como en las letras.

Solar Power está construido sobre reminiscencias del mundo hippie de los 60 y 70. Canciones prácticamente enteras solo sobre guitarras acústicas y voces en coro. También hay mucha simbología hippie: las guirnaldas en el pelo, la estética de los videolyrics y los videos de Solar PowerMood Ring y Fallen Fruit, los colores y el clima de secta naturista.

“El poder del sol, algo nuevo en el mundo de Lorde, hasta ahora nocturno, frío y oscuro. Esto muestra un crecimiento que, guste o no a sus fans, está patente tanto en la música como en las letras”.


El álbum comienza con The Path, un ingreso melodioso en que la voz se sostiene completamente sobre el coro y va virando rápidamente al pop para contarnos que los sueños que teníamos se perdieron y ahora esperamos que el sol nos muestre el camino (where are the dreams that we had / can’t find the dreams that we had / let’s hope the sun will show us the path).

Solar Power, el tema insignia, es una canción veraniega, plena de entusiasmo y coro casi gospel, con un estribillo que no entra casi hasta el final y luego se repite hasta desaparecer. El sol sin duda es la guía revitalizadora y su poder la cura del dolor del pasado, la aleja del aislamiento y la desconexión de la tecnología, es un nuevo brillo, el del coro y el sol como guía. Es curioso traer a colación que en TV contó (en relación a la frase de “tirar el celular al agua”) que había borrado todas las apps de redes sociales y que evitaba usarlas lo más posible, gracias a lo cual había ganado en concentración y salud mental.

El siguiente tema, California, baja algunos decibeles para llevarnos a recorrer la famosa ciudad con su alcohol, sus modelos, sus amores de verano, su vida de ricos y hollywoodenses. El clima es alegre pero no llega a cautivarnos más que por la melodía.

Sigue Stoned at the nail salon, que nos despierta del letargo californiano con una voz natural, que recuerda ligeramente a Joni Mitchell, también por la extensa letra. Fue el segundo single en salir a la luz en un show televisivo, con una versión en vivo a puras guitarras, voz y coros. Un tema teñido de reflexión, que parece una canción pospandemia (o poscrisis personal) en la que mira hacia atrás y no sabe si tomó las decisiones correctas. Es un tema tierno, sencillo y sensible, teñido con cierto sarcasmo de no saber si son sensaciones reales o efectos colaterales de la marihuana. En el fondo, esta canción habla de las inseguridades y de la transición del final de la adolescencia a los primeros años de la adultez. Habla de separación, de una vida más acelerada y vertiginosa, pero también de la actual tranquilidad y cosa hogareña del presente (lo cual aparece en varios temas del disco); de los cambios de la vida, de cómo crecemos y de cómo hay que cambiar, bajar la velocidad. Pero… quizás todo sea efecto de estar fumada en la manicura, otra vez. Como señala Cyano, los millennials y centennials dicen algo profundo y enseguida ponen en duda todo eso, como si fuera una broma o como si estuviera mal decir cosas serias. Serán los efectos de estar fumadx. 

Le sigue otro de los grandes temas del disco, oscuro y con una armonía bellísimamente construida. Fallen Fruit es una canción pos-apocalíptica, el mundo fue devastado y quienes quedaron se llevarán las mentes más brillantes, los vapers y algunas semillas para hacer un nuevo mundo, porque en éste, la manzana del paraíso ya está caída y no podemos amar un planeta que está destruido y perdido para siempre. Las generaciones de hippies de los 60 aparecen en el imaginario de las guirnaldas psicodélicas, pero todo eso ya es fruta podrida y está -literalmente- 60 años en el pasado. Ahora bailamos en lo roto y muerto del paraíso. El video, que salió esta semana, muestra a Lorde de vuelta en la secta hippie, caminando. Cuando es de día, camina por un mundo pleno, conectado con lo natural; de noche, el hechizo está roto, hay fuego, todos corren, el mundo no es el que parecía ser. Y Lorde se puede ir cuando la viene a buscar su chofer. Hay algo nihilismo, podríamos decir de esperanza, pero no en este mundo. Tuvimos sueños demasiado grandes. Igual, caminaremos juntxs acompañados por el coro y sonidos de aterrizajes.

¿Solar Power o Midsommar? 😉

A partir de esta canción el disco se acelera y precipita en temas no tan memorables como los anteriores. Secrets from a girl (who’s seen it all) vuelve al tema de crecer, primero de a poco y luego todo a la vez (Couldn’t wait to turn fifteen / Then you blink and it’s been ten years). Esa es la sensación de los primeros veintes, ayer nomás eras un preadolescente ansiose x crecer y hoy estás entrando al mundo adulto y no podés entender cómo pasó tan rápido. Pero a la vez crecer trae nuevos aprendizajes y si bien parece pretencioso decir que a los 25 sos una chica que lo vio todo, entiendo que habla de haber encontrado las respuestas a muchas incertidumbres de la adolescencia. Y esa clave, que quiere compartirnos, es confiar en la propia visión, en la intuición de quien unx es porque nada de eso te va a decepcionar. El cierre es una onírica guía de vuelo hacia la tristeza, la euforia y el vértigo existencial por la artista Robyn.

Sigue Man with an Axe una clásica canción de amor, como deja deslizar Lorde en las palabras finales. Es simple, tranquila y casi sin efectos, lo que la pone riesgosamente cerca del aburrimiento y de caerse del Solar Power. La imagen del árbol (ella) hachado por el hombre con el hacha es peligrosamente incómoda por heterocis y patriarcal, pero si nos abstraemos por un momento y nos trasladamos al impacto del amor a primera vista (the light in his eyes) (si es que existe y esta cronista cree que sí), recuerda a tantas otras imágenes de la literatura en la que el cruce de miradas con un otre te atraviesa como un hacha cortando un tronco de pino. Quizás no sea un tema memorable pero zafa raspando.

Luego vienen tres temas que suelo englobar como “los tres del medio”. Son los más cortitos, están bastante en sintonía entre sí, y ni el primero ni el tercero lograron calar en mí. Dominoes es un tema alegre y jovial, vuelve al sonido chill que se espera de un solar power. Sin embargo la letra es algo obvia y banal. Es otro de esos que recuerdan a los 70 y la vibra hippie. Big Star es un tema que se dice fue dedicado a su perro de toda la vida que falleció. También trae de vuelta la contradicción del crecer, que antes amaba la fiesta (Melodrama) y ahora solo quiere llegar a casa. Aunque haya tenido pocas reproducciones, Big Star es uno de esos temas que te van a tocar la fibra íntima con su sencillez y autenticidad. Leader of a New Regime, por último, dura 1 minuto 33 segundos, los coros por momentos alegres, por momentos líricos, nos piden un nuevo líder para este mundo y vuelven a llevar al clima onírico y casi de cuento de hadas.

Llegamos al cierre del disco con uno de los temas más memorables. Mucho se dijo de Mood Ring, el tercer single y segundo video. En este tema cada elemento aporta su granito a construir una gran canción: la letra, la música y también el video hacen su magia particular. Y por eso la sensación al escucharlo por primera vez es no entender qué le pasó a Lorde, si alegrarte por su nueva vibra espiritual y soleada o dudar de tanto resaltado sobre esos elementos: ¿no será otra de sus ironías? Y sí, cuando en su propia cuenta comparte el análisis de Mood Ring nos cuenta cómo este tema habla de la falsa espiritualidad de la generación millennial, la generación de Plutón en Escorpio, aquella que se suponía que vendría a cambiar las cosas y acá está, dándose tumbos contra las cuatro paredes de las redes sociales, sin saber qué pensar o sentir de sí misma ante el primer apagón del monopolio Zuckerberg. Para saber cómo nos sentimos vamos a mirar nuestro “anillo del ánimo”, aquel anillito de moda a principios de los 2000 (que no parecen tanto tiempo atrás pero sí) que cambiaba de color y nos decía nuestro ánimo según la temperatura corporal. 

El video vuelve con la estética hippie, pero a la vez tan hegemónica: mujeres blancas y delgadas, realizando saludos al sol, compartiendo rituales, sahumerios, plantas, en un “como si” natural, pero a la vez completamente artificial para ser un proceso de búsqueda de sí misma. La protagonista mira todo el tiempo a cámara, como si supiera que algo de esos rituales no es cierto y nos preguntara a nosotros: ¿quién soy? Al final de la canción aparece Lorde, la real, preguntándose a sí misma: Yo también estoy buscando saber quién soy ¿estaré bien a pesar de todo? El sol poniéndose en la última frase es otra señal de que estamos llegando al final del disco, al final del poder solar.

El último tema, Oceanic Feeling, es sin duda océanico. Se le dice sentimiento océanico a ciertos efectos de las drogas psicodélicas (otra vez el imaginario hippie). En una primera escucha se siente cómo si se viajara sobre el agua, y aunque la letra sea veraniega, nos lleva a pensar en el viaje a la Antártida que realizó la artista hace un tiempo. En los pensamientos retrospectivos que un viaje así pudiera despertar en ella: sobre su padre en la infancia, sobre su hermano pequeño y cómo lo ve crecer, sobre una hija imaginaria y lo que podría legarle.

La canción es sin duda una de las más hermosas, pero también es poco popular. Quizás demasiado introspectiva, quizás tiene una estructura que no entra en las radios, especialmente por ese segundo tema escondido, o outro, exclusivo de coros. En esta letra se puede observar plenamente la poética de Lorde, una que recurre a imágenes cotidianas para drenar sentimientos y significados mucho más profundos. En una frase señala que su labial negro está juntando polvo en un cajón, y que ya no la necesita más. Ya no necesita más a la Lorde niña oscura, a la triste y melancólica. Con diez años de trayectoria, ya no necesita ese maquillaje para saber quién es, ahora toma sus propias decisiones y no se pierde en el océano. La iluminación no se encuentra, se trata de ir paso por paso. Ahora puede quitarse la túnica y entrar al coro para fundirse en él. Para no estar haciendo música, sino para SER música, ser océano, ser lo que se quiera ser.

Como se dijo, hay en Solar Power momentos muy altos y momentos poco memorables. En esas subidas y bajadas, el disco queda a flote, precisamente por esa idea que atraviesa los temas principales: la falsa espiritualidad, la necesidad real de conectar con la naturaleza, de crecer y afrontar los sueños rotos, afrontar también que vivimos en un mundo con fecha de vencimiento y que no podemos ser ajenos a eso. Solar Power es la búsqueda de sí misma, pero es también la búsqueda de un mundo mejor en el que vivir. Un mundo en el que podamos sumergirnos en el coro y disfrutar de ser parte de algo más colectivo y comunitario.


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