El documental de Jorge Leandro Colás describe cómo los conceptos del filósofo alemán pueden redefinir el vínculo entre paciente y médico, a partir de tres relatos en donde prima la introspección, la crítica a las normas científicas y el bagaje espiritual.
Por Marvel Aguilera.
Decía Nietzsche en Más allá del bien y el mal: “Nosotros, que estamos alertas, de vez en cuando, advertidos de la superchería, escapamos de ella y reímos al ver que la mejor de las ciencias sigue siendo aún la que mejor pretende detenernos en este mundo simplificado, absolutamente artificial, alineado y falsificado para nuestro uso, porque esta ciencia también, un poco a su pesar, ama el error, ya que por ser viviente, ama la vida”.
¿Cuáles son las causas de nuestras afecciones? ¿Hay un origen que no logramos advertir y que escapa a las normas que construyen la hegemonía de la “salud”? Muchos son los interrogantes que nos planteamos a la hora de confrontar con aquellas enfermedades que nos toca atravesar en la vida.
Las ciencias médicas a las que acudimos en búsqueda de sanidad, están erigidas por un conjunto de saberes regidos por interpretaciones, subjetividades y criterios; sin embargo, la forma en que estos son aplicados construye caminos aleatorios que pueden determinar el rumbo de una existencia. ¿Hay espacio en la pretensión del saber para la duda? ¿Podemos corrernos del lugar de receptor del conocimiento para ser parte mancomunada de una alternativa hacia nuestro bienestar?
Los Médicos de Nietzsche, el documental de Jorge Leandro Colás, plantea un posible corrimiento de la moral hipocrática para construir una relación entre médico y paciente donde las preguntas, interrogantes y dilemas sean el eje de una búsqueda más profunda de las verdades detrás del dolor.
“Estos relatos, que van armando un rompecabezas de algo mayor que una afección o una dificultad, permean un registro existencial de la condición humana: con sus errores, sus voluntades, sus miedos, sus actos de rebeldía y su sabiduría como paciente portador de una corporalidad doliente”.
El documental sigue el recorrido del doctor Esteban Rubinstein en su diálogo con tres pacientes. Una mujer que lucha contra una enfermedad, un joven que sufre las consecuencias de un accidente, y un hombre mayor dispuesto a enfrentarse a su adicción al tabaco. El intercambio de impresiones con esos tres personajes, es el motor de un film que pone en foco las sensibilidades que hay del otro lado de un tratamiento.
La pregunta por las causas, por ese vacío que padecemos en el medio de la salud y la enfermedad, guía a Rubinstein a un abordaje de la obra del filósofo alemán que le permita a sus colegas y a él, posibilitar un escenario diferente. Uno que complejice las condiciones de posibilidad del bien y del mal, de lo que consideramos bueno y malo, del deber y la norma que enmarcan un tratamiento médico.
El sufrimiento se analiza desde la trascendencia de lo fisiológico. En el horizonte de expectativa de una vida, en los vínculos afectivos que pone en vilo, en las imposibilidades de conocer las causas de una enfermedad que pudiera ser mortal. Por otro lado, la culpa, como raigambre religiosa de la cultura occidental, es puesta en consideración por el grupo de profesionales médicos que se reúnen a pensar la genealogía de su moral, aquella que construye a diario su ética de trabajo.
Estos relatos, que van armando un rompecabezas de algo mayor que una afección o una dificultad, permean un registro existencial de la condición humana: con sus errores, sus voluntades, sus miedos, sus actos de rebeldía y su sabiduría como paciente portador de una corporalidad doliente; rompen con la dinámica de “tabula rasa” del paciente, y construyen un nuevo eje de salud con base en una voluntad auténtica, desligada del rol pasivo que la verdad científica busca imponer.
Rubinstein, se erige como el “maestro ignorante” de Ranciere, para bajar de la torre de marfil del conocimiento y establecer una articulación recíproca, que conduzca a los propios pacientes a una búsqueda no solo de mejora fisiológica sino instrospectiva, espiritual.
Los Médicos de Nietzsche es una película donde los silencios importan tanto como las palabras. El contacto visual, de miradas que se sumergen en lo más hondo de sus ilusiones, dudas y temores, articula el hilo de este documental que, lejos de sobre explicar cada caso, pone en boca de los pacientes el devenir de su vida, como símbolo de ese espíritu libre que Nietzsche tanto supo alentar.
En tiempos en donde las soluciones rápidas y el efectismo conducen el ritmo social contemporáneo, el documental de Jorge Leandro Colás pone la pelota bajo la suela para preguntarse acerca de los porqués, y de la fragilidad de los límites morales a la hora de establecer una definición de vida. Porque el conocimiento, en este clima de falsas libertades, no se da, sino que se disputa.