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Raúl (La democracia desde adentro): el rescate de un militante comprometido

El documental Raúl (La democracia desde adentro), de Juan Baldana y Christian Rémoli, busca contar un episodio de nuestra historia reciente, el de una transición imprescindible, de la dictadura a la democracia, y su hombre clave, Raúl Alfonsín.


Por Laura Bravo.

Lejos del marketing digital, la campaña política de 1983 se escribía en las paredes con unos pocos colores: negro, azul, celeste y rojo sobre blanco de cal. Quienes éramos niñas y púberes en ese entonces habíamos pasado un 1982 aciago, nos recuerdo haciendo rosarios de nudos en un colegio de monjas, compañeras de otros cursos tenían hermanos o novios en Malvinas, el sol en la ventana no podía ser más mentiroso ni el invierno que nos acechaba más desolador.

La primavera alfonsinista, en cambio, nos encontraría a nosotras, las chicas de los rosarios de sisal, con catorce años, bailando en recitales de Sumo, en una euforia inexplicable que provenía tanto del retorno a la democracia como del descubrimiento de la vida y los cuerpos. El registro inmediato del acontecer político, el de campañas, proclamas y demandas, no cambió: permaneció hasta fines del siglo XX en las mismas paredes de esos barrios. El documental Raúl (La Democracia desde adentro), de Juan Baldana y Christian Rémoli, toma el recurso de las pintadas, artesanía militante, para contar un episodio de nuestra historia reciente, el de una transición imprescindible y su hombre clave.

“No se exhibe a un prócer sino que se proponen debates e interrogantes que nos interpelan, incluso, respecto a la construcción de los perfiles públicos”.


El grueso de los hechos relatados acontecen entre 1983 y 1989 pero la narración viaja hasta la juventud de Alfonsín en Chascomús y presenta a un personaje inquieto, con sólida formación intelectual y política. Un padre de seis hijos que dedicaba pocas horas a la familia y comprometía hasta sus honorarios en pos de la militancia. Sin embargo, no se exhibe a un prócer sino que se proponen debates e interrogantes que nos interpelan, incluso, respecto a la construcción de los perfiles públicos.

Los directores, con el objeto de no trabajar con voces en off, entrevistaron a más de sesenta figuras de aquel entonces, muchas de ellas, por el lento recambio de nuestra política, todavía vigentes. Federico Storani, Eduardo Duhalde, Carlos Menem, Hugo Moyano, Aldo Rico, Luis Brandoni, Ricardo Alfonsín entre otros, cuentan anécdotas, intentan definirlo o, palm en mano, escuchan su oratoria.

Si se tratara de un guión de ficción los actos serían: la persecución de la Triple A, la campaña presidencial, el decreto de juzgamiento a las Fuerzas Armadas, el enfrentamiento con la Sociedad Rural, el Plan Austral, los levantamientos de los carapintadas, los conflictos con los sindicatos, la entrega anticipada del mando en la hiperinflación. Demasiados puntos de giro, final con héroe en declive.

Las fotos del secundario en el Liceo Militar muestran a Alfonsín junto a Albano Harguindeguy y Leopoldo Fortunato Galtieri. De esa misma colación serían Jorge Anaya y David Viñas. La explicación es lógica, no había escuelas secundarias en Chascomús y otro tanto sucedía en numerosas localidades del interior en la primera mitad del siglo XX, eso producía estos cruces inesperados.

Otras imágenes, las de Dani Yako, remiten a su periplo por el interior del país. El fotógrafo recuerda las caravanas, la convocatoria creciente, la multitud desde la 9 de Julio hasta Constitución y una charla íntima que contuvo la promesa de derogación de la ley de amnistía dictada por el gobierno de facto.

Algunos de los eventos, los unívocos, tienen cierta previsibilidad aunque detentan el plus de las fuentes primarias. Entre los más vigentes, tal vez estén las palabras que, a posteriori de las críticas de Guillermo Alchuron, pronunció en Palermo el 13 de agosto de 1988 cuando calificó a quienes lo silbaban como: “son los que muertos de miedo se han quedado en silencio cuando han venido acá a hablar en representación de la dictadura”. No eran, desde su perspectiva, los productores rurales. No volvería a ese palco.

El encuentro con Reagan merece párrafo aparte, Alfonsín había sido alertado por Tancredo Neves acerca de un posible cambio de discurso que era costumbre en la Casa Blanca. Esto se refuerza con la misma advertencia por parte de la traductora oficial con quien había tenido una gentileza en agradecimiento por un trabajo. Es por eso que el presidente argentino prescinde del papel e improvisa su intervención, aquella que connotaba a la deuda externa como una pesada carga, una herencia común a las democracias de América Latina que: “conspira contra la posibilidad de desarrollo, crecimiento y justicia”. Agregaba: “No podemos hacer que los ajustes recaigan sobre los que menos tienen”. Su hijo Ricardo asegura que intentan desideologizar a su padre, descafeinarlo. No sucederá mientras la circularidad de nuestra historia preserve la actualidad de estos conceptos.

Tal vez las mayores revelaciones de esta investigación sean las que surgen en torno a los alzamientos carapintada, adelantarlas en forma somera sería quitarles la profundidad de análisis que exigen. Son la confirmación de temores que circulaban acerca de la seguridad del presidente y de la verdadera magnitud de aquellos sucesos.

Un viejo interrogante, de esos que desvelaban a las audiencias de los programas políticos de los ochenta, era si los argentinos vivimos buscando padres, líderes paternalistas y carismáticos que nos contengan. Ese podría ser el origen de atributos como padre de la patria, adjudicado a San Martín o padre de la democracia como se llamó a Alfonsín. Las democracias, lo sabemos, son concebidas por muchos y los padres están condenados a muerte, al menos de manera simbólica. Lo cierto es que el retrato de Alfonsín terminó deslucido, la hiperinflación, entre otras catástrofes, le quitó el aura. Desde esa óptica, este documental constituye un rescate antes que una reivindicación, la chance de contemplarlo desde el desapasionamiento de otro tiempo. Para recordar que no solo fue un hombre honesto, reduccionismo peyorativo local, sino un militante comprometido con una idea de país y de continente, cualidad que conduce a correligionarios y antiguos detractores a profesarle respeto.

Como legado del rodaje, quedó en Chascomús un museo urbano con las pintadas y el mural del artista Marcelo Carpita, síntesis del argumento porque lo político se sigue contando en las paredes.

La película se estrenó en CABA y el interior, en algunas salas con funciones en preventa. En el transcurso de 2020 se verá por la pantalla del Nueve, uno de los productores, como serie de cuatro capítulos.

Las chicas de los rosarios de sisal estuvieron despiertas la noche del 30 de octubre de 1983 hasta que el resultado fue irreversible, algunas prepararon boinas blancas junto al uniforme en las escuela, otras cedieron al golpe de efecto del preámbulo, todas sintieron la liviandad del aire en la mañana.


Raúl (La democracia desde adentro). Documental.
Juan Baldana y Christian Remoli.
Guión: Gustavo Dejtiar

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