Poéticas

La Pausa del Mundo | Poesía gentil ante un mundo dislocado

Matías de Rioja - PH Emiliano Rajneri

El tercer libro de poemas del psicólogo y escritor Matías de Rioja se publicó en 2021 de la mano de la editorial Hojas del Sur. Oriundo de Cipolleti y actual habitante de Buenos Aires, escribió este tercer poemario a la luz de las semanas de encierro por la cuarentena por coronavirus del 2020.


Por Pablo Pagés. Foto Emiliano Rajneri

Parte de la prosa está construida sobre los vestigios infinitos de interminables conspiraciones poéticas. Todas las posibilidades que tiene el universo para fundir la palabra “arde”. Las cosas a unos les salen por un lado, y a otros por el otro.

Mijail Bajtín decía algo así como que a una persona no solo la definen sus palabras. Se centraba en esta tesitura, en cómo era la manera que esa persona se movía en el mundo: si era cojo, si miraba mucho para los costados, si caminaba despacio o lento. Y en esto sostenía que podría llegar a existir más lenguaje todavía que en otras construcciones semánticas. ¿Es lo que tenía en claro Chaplin o Buster Keaton con su cuerpo?

Matías se presentó una tarde de este calmo otoño a la puerta de mi casa. Me trajo su libro de poesía titulado La pausa del mundo. Cada movimiento o risa de Matías me decían mucho más que cualquier comentario que pudiera hacer. No fue verborrágico ni solemne, tampoco soberbio. Mantuvo una exquisita y elegante presencia a la hora de hablar de su trabajo.

Hacer devoluciones de poesía es muy distinto a las de prosa. Uno piensa en qué agarrarse para explicar ese objeto tan vulnerable y pretencioso. En prosa es otro tema, hay cierta secuencia lógica de acontecimientos con los cuales uno puede juzgar de una manera u otra: si los tiempos verbales corresponden, si los personajes ayudan a la trama, y cosas por el estilo.

Matías es hincha de Racing, por el padre. Hay algo filial en esto de heredar el cuadro del viejo. Y también hay algo melancólico en ser de Racing. Es salir del Boca – River para pertenecer a una posibilidad de triunfo que se encuentra en el terreno de lo milagroso. Esa postergación genera cierta subjetividad particular, poética y narrativa. Son los antihéroes del fútbol los que construyen esa idea romántica de resistir al tiempo sin olvidar ni un ápice de los sentimientos trascendentales, que los convocan, partido tras partido.

En la cancha, Matías de Rioja jugó arriba, siempre fue un goleador. Un amigo le dijo que escribía como jugaba al fútbol, solo porque tenía buenas definiciones en los remates de los textos. Pero él sabe que esta hipótesis de potrero es un desastre, porque si escribe como juega al fútbol, sería un pésimo poeta, cuestión que ya está fuera de cualquier posibilidad.

Llegó al psicoanálisis por azar. La carrera de Letras estaba en Rojas y le quedaba lejos. Había leído algunos textos de El malestar en la cultura de Freud. Habló con su madre y consiguió laburo. Empezó psicología no porque le interesara en sí sino por esa cuestión de ayudar, por una búsqueda introspectiva por entender al ser humano, un camino que ya venía muy influenciado por las lecturas de Dostoievsky y Kafka. Toda esa literatura existencial lo ayudó a comprender que la psicología le podía dar algún tipo de respuestas y el psicoanálisis podía ser un colaborador para pensar lo cotidiano, y para escribir.

Matias de Rioja

Entre la poesía y la prosa siempre hubo una preferencia por la prosa. Pero cuando se puso a escribir casi siempre salía algo que tenía más que ver con la forma de lo poético y comprendió que lo gobernaba cierta ansiedad, cierta cosa de ser breve. Así escribió sus libros Mufasa no debió morir y Tal vez esperabas otra cosa.

Pero si uno se fija en sus poemas con atención se podría pensar en la trama de alguna historia. “Luis Mey decía que sus poesías son como cuentos. Que si los pusiera a laburar en prosa tendría un cuento en casi todos los trabajos”. Ese límite entre la prosa y la poesía es muy fino, se funden y confunden siempre.

La pausa del mundo es un libro de poesías que yo llamaría en extremo gentil. Es la postura de un sensible caballero antes las flaquezas cotidianas de este mundo dislocado. Coincido con el prólogo de Vicente Zito Lema, que retoma viejas cuestiones de la poesía de los ’60 y ’70 y las transgrede de alguna manera, porque para Matías de Rioja toda coacción o abuso del poder se encuentra en un exquisito vaivén de sonidos que rebotan como susurros en su cotidiano más afable.

Claro y preciso, pero tremendamente profundo en su reflexión, llega a una forma poética que no da giros en el aire ni se extiende en demostraciones gimnásticas. No hay abusos de adjetivos y las palabras utilizadas son casi de uso cotidiano por cualquier cristiano que le guste encontrar algo de sinceridad en el arte de escribir para llegar al otro.

El libro de 102 páginas tiene en su tapa una ilustración llena de colores, un mate y un faro. Buena textura del papel y una excelente diagramación que da gusto sostener en la mano mientras se toma un café o un buen vino.

La pausa del mundo debería ser una especie de manual para que las cosas funcionen sin las pretensiones artísticas de los contadores de fábulas conocidas o los desesperados poetas que esgrimen unas palabras en el aire para confundir los significados o los abusadores de la crudeza.



Matías de Rioja
La pausa del mundo
Hojas del Sur SA
2021

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