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ASDRA: “El arte es una poderosa herramienta de inclusión, que colabora en descubrir un lenguaje estético propio”

La Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA) realiza una muestra del resultado de sus talleres de arte abiertos a la comunidad y que contaron con 200 participantes en su modalidad virtual en este 2020


Por Ayelen Rives. Portada: Pintura de Victoria Martínez Hesselink

La Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA) coordina desde 2016 los talleres de arteASDRA, un proyecto que promueve la inclusión de las personas con discapacidad en todos los ámbitos: educativo, familiar, laboral y social. En palabras de su director, Pedro Crespi, uno de sus grandes objetivos “es la vinculación entre personas con y sin discapacidad, y que puedan generar cierta intimidad y vínculo como para poder integrarse, conocerse y compartir”. Por este motivo, los talleres artísticos impulsados desde este espacio son abiertos a la comunidad. Crespi destaca que éstos “no sólo implican participar de una clase, sino estar en una clase: poder disfrutar del trabajo del compañero, tener un contacto cara a cara con el profesor y ver los gestos y emociones”.

Algo fundamental para el desarrollo psicosocial de todas las personas es el vínculo, el encuentro con otres, para socializar, para compartir, para conocer y desarrollarnos. Por eso, ante una pandemia mundial que nos hizo quedarnos en casa, en todos lados surgió la pregunta de cómo sostener estos vínculos también de manera virtual.

Docentes, asistentes y organizadores pensaron en conjunto cómo abordar los talleres y sostener el encuentro y el proceso los sorprendió. Lejos de la fría virtualidad como una traba, encontraron que las actividades seguían encendiendo la creatividad y el entusiasmo en sus participantes, y permitían aprender una nueva forma de seguir vinculándose. En esta modalidad virtual los talleres contaron con la participación de más de 200 personas, entre niños/as y jóvenes con y sin discapacidad.

Por todo ese aprendizaje compartido, este jueves 17 de diciembre realizarán una muestra abierta de los trabajos producidos en 2020 en los cinco talleres de arte (Música, Cine expandido, Dibujo, Pintura y Fotografía). La inauguración será a las 19 hs a través del canal oficial de ASDRA en YouTube y luego los trabajos estarán expuestos en la página web de la Asociación.

Para conocer más sobre este proyecto inclusivo e interdisciplinario, conversamos con Lorena Alfonso, directora artística de los talleres.

¿Cómo son los talleres que realiza la asociación?

El proyecto arteASDRA nace de la necesidad de generar espacios de creatividad y expresión dentro de la institución. Los talleres de pintura, fotografía, cine expandido, dibujo y música son gratuitos y abiertos a toda la comunidad. Son para personas con y sin discapacidad por lo que su característica principal es que son INCLUSIVOS. Esta edición 2020 es la quinta y, gracias al apoyo de la Fundación Itaú y de Mecenazgo Cultural de CABA, pudimos darle la continuidad que se merecen las personas que se acercan y participan año a año.  

¿Qué desafíos y qué aprendizajes dejó el haber tenido que realizar esta experiencia de talleres de manera virtual exclusivamente?

El desafío fue replantearnos las clases desde cero ya que no se daba la posibilidad del encuentro y la compañía que tanto disfrutamos en la sede de ASDRA o en las otras instituciones donde hicimos clases, como la Fundación Juanito. Entonces, nos reunimos con profesores, asistentes y organizadores para ver la mejor manera de llevar a cabo los talleres en un contexto de pandemia. Así, organizamos dos talleres por mes para que no se acumulen las clases y más personas puedan participar. Fotografía y Cine Expandido se dieron en septiembre, Pintura y Dibujo en octubre y Música en noviembre. Además, fiel a nuestro compromiso con la gratuidad compramos materiales de pintura y dibujo, armamos dos sets de materiales, para aquellos que se podían acercar a retirarlos tengan los materiales a disposición para hacer sus obras.

“Es muy emocionante escuchar, con el correr de los años, las historias que nos cuentan de cómo siguieron sacando fotos o qué cuadro le regalaron a su mamá o que instrumento de música que descubrieron en el taller luego pusieron en práctica”.


Antes de la pandemia ¿los talleres también eran abiertos a la comunidad? ¿Qué cambios notaron en los grupos a partir de esta modalidad?

Los talleres artísticos inclusivos siempre fueron abiertos a la comunidad. Sin embargo, la virtualidad amplió el espectro y se inscribieron personas de varios lugares de la Argentina (como Ushuaia y Tucumán, por nombrar algunos) y de otros países. Los grupos que asistían el año pasado algunos se mantuvieron y otros variaron o ampliaron. Compañeros que no se veían desde la primera edición volvieron a encontrarse gracias a la modalidad virtual.  

Con la importancia que tiene lo presencial en el trabajo vincular y el trabajo psicomotriz , ¿cómo sostuvieron la vincularidad y el encuentro a través de las pantallas? ¿Cómo fue recibida esta forma de encuentro por lxs participantes? ¿Y cómo lo recibieron las familias?

Fue muy sorprendente ver cómo la virtualidad no fue una traba sino que se convirtió en un aprendizaje y un conocimiento de otros modos de relacionarse. Ya todos conocemos que cuando vamos a una clase, ya sea de un taller o del colegio o incluso de la universidad, en el grupo siempre hay algunos más concentrados, a otros les gusta hablar y hacerse notar y, en el modo virtual pasó lo mismo pero con más interacción por la misma posibilidad de la herramienta. Cuando mostrás un trabajo lo ven todxs en la pantalla, cuando preguntas en el chat también. Y así. Además, fue muy sorprendente la velocidad con que todxs sacaban fotos a sus trabajos y los mandaban por mail o lo compartían por drive, muchas veces con ayuda de los padres y otras veces solxs. 

Las familias recibieron con mucha alegría la continuidad de los talleres y otras, que recién participaron por primera vez, ya quieren volver a inscribirse.  

Foto del taller en modalidad a distancia

Dos de los talleres (Cine expandido y Música) se coordinaron para realizar un trabajo conjunto. ¿Cómo fue esta experiencia? 

Fue una experiencia muy rica. En el taller de Cine expandido lxs participantes produjeron durante las clases cortos inspirados en el teatro de sombras. Cada uno en base a la historia que haya elegido, armó un escenario, unos personajes de cartón, pensó la iluminación, el guión y la música. Luego, el profesor Manuel Reyes le pasó a Alan Courtis para que durante sus clases puedan ver algunos de los trabajos y musicalizarlos. Por ejemplo, un corto era en el agua entonces en la clase de música trabajaron con vasos de agua para darle ese sonido. Cuatro trabajos del taller de cine expandido fueron musicalizados tomando como base las historias de los otrxs compañerxs. 

¿Planean continuar con talleres abiertos al público y/o talleres virtuales? ¿Lo consideran una opción a futuro para personas con o sin síndrome de Down que quizás no puedan acercarse presencialmente?

Todavía no abrimos el debate sobre la continuidad presencial o virtual porque no sabemos, dada la incertidumbre COVID-19 cómo serán las cosas a partir de marzo del año que viene, que es cuando retomamos las actividades. Pero, dada la experiencia de la virtualidad creo que será bueno considerar las dos opciones. Por ejemplo, dar clases virtuales pero ir mezclando con visitas a museos o con actividades al aire libre en los que nos podamos volver a encontrar

Para cerrar, desde su perspectiva, ¿qué cambios consideran que puede generar el arte y la expresión artística en un proceso terapéutico? ¿Cómo colabora el arte en la inclusión?

El arte es una poderosa herramienta de inclusión ya que colabora mucho desde el estímulo hacia la imaginación y, en particular, en descubrir un lenguaje estético propio que puede estar reprimido por alguna traba que viene de afuera y que de repente funciona como una forma de liberación. Notamos que algunxs participantes que comenzaron el primer año y que apenas decían palabra con el correr de los años se fueron soltando y mostrando a sus compañerxs los trabajos, hablando e intercambiando pareceres. También el ir a ver muestras o las salidas recreativas al Jardín Botánico o al Museo de Ciencias Naturales para sacar fotos estimularon la misma práctica en el ámbito de sus casas o incluso cuando van de viaje con sus familias. Es muy emocionante escuchar, con el correr de los años, las historias que nos cuentan de cómo siguieron sacando fotos o qué cuadro le regalaron a su mamá o que instrumento de música que descubrieron en el taller luego pusieron en práctica, etcétera. 

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